Tras haber visto el video de Ken Robinson “Cambiando los
paradigmas” puedo decir que actualmente todos los países del mundo están
cambiando, o al menos, intentando cambiar el modelo de educación pública. El
problema del que nos habla Ken Robinson es que se está intentando reformar la
educación sin mirar al futuro y sin fijarse en cómo ha cambiado la sociedad, pues
lo están haciendo como se hizo en el pasado. Con esto están consiguiendo que
los niños pierdan el interés por ir a la escuela, ya que, a diferencia de hace
varios años, obtener un título actualmente no te garantiza conseguir un trabajo
en el futuro. Los niños se aburren en clase, no están motivados, por lo que no
aprenden. Pienso que esto es debido a que se sigue utilizando la metodología
tradicional en la que los contenidos que se intentan enseñar no están conectados
entre sí y éstos se olvidan una vez realizado el examen. El maestro tiene un
papel fundamental que debe cumplir, no debe ser sólo maestro, sino amigo y guía
del alumno. No es la persona más importante que está en el aula, sino una
persona más que ayuda a sus iguales. Antiguamente esto no se creía así, el
maestro era una persona estricta, “superior” a sus alumnos y éste estaba
colocado en el aula en una plataforma de forma que estaba a un nivel más alto
con respecto a los alumnos. Al igual que esto ha cambiado, deberían cambiar
muchas cosas más. La escuela debería avanzar según la sociedad va avanzando y
no estancarse. Vivimos en una sociedad controlada por las tecnologías, las
cuales habría que introducir en el aula, para así enseñar a nuestros alumnos
cómo usarlas y prepararles para la incorporación a una sociedad sujeta a
cambios. Debemos crear personas creativas, capaces de proponer diferentes
soluciones a los problemas que vayan aconteciendo, que sean capaces de respetar
las diferencias y aprender de ellas, pues el mundo es heterogéneo y en el
debemos de convivir todos. Esto se consigue innovando en la escuela,
corrigiendo los errores que encontramos en ella y adaptándola a la sociedad en
la que vivimos, por lo que debemos dejar atrás, aunque sin olvidar, la escuela
tradicional.